lunes, 6 de febrero de 2012

José Rosario Godoy


Con un artista de la categoría de José Rosario Godoy es un placer volver a escribir sobre abstracción geométrica. Hablamos de un abstracto geométrico maduro, pero con mucho tiempo por delante.

El trabajo de Godoy oscila entre la pintura y la escultura.  Sus obras parecen esculturas pintadas o pinturas esculpidas, generando una tensión en el espectador a la hora de identificar sus piezas. Esta tensión se agudiza por el sabio empleo de falsas perspectivas creadas intencionalmente por las formas.

Este juego óptico, el ilusionismo, constituye uno de los pilares de su trabajo, siempre supeditado a la  abstracción y a la geometría. Podría decirse que el artista es uno de esos artistas geométricos que no sabes deshacerse del lastre el eje XYZ, aunque observadas detenidamente, sus obras son planas desde el punto de vista físico, aunque contempladas desde el punto correcto las piezas posean un marcado e increíble caracter escultórico. Quizá aquí también se plasme la tensión de sus obras.

Solo con una mirada traicionera a la obra por su costado es posible dilucidar si se trata de esculturas o pinturas. Me pregunto qué pensará Godoy cuando ve a un espectador mirar al costado de las obras.

Esta tensión entre lo físico y lo ilusorio se da especialmente en su virtuosa serie Entre líneas, donde el artista retoma la paz de las líneas paralelas  y el ángulo recto para abandonar definitivamente todo rastro de organicidad, que sí podemos encontrar en su serie Poemas, igualmente destacable.

Godoy es un gran colorista. En Entre líneas opta por una acertada elección de colores sintéticos, acorde con una meditada abstracción geométrica, aplicados magistralmente. El resultado es una delicia de forma estructurada que gusta por su ilusoria o no corporeidad, su cromatismo vivo y su desequilibrio entre tensión y armonía.

Desde luego, uno de nuetros artistas preferidos.

Entrevista José Rosario Godoy

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