domingo, 7 de agosto de 2011

Luís Millé


Luís Millé es un tipo complejo. Su trabajo oscila entre la arquitectura y la escultura en proceso de arquitectización de ésta. A buen seguro que Millé es admirador de la obra de Calatrava.

No obstante, como artista abstracto que es (¿existe alguna arquitectura que no lo sea?), y como sabio combinador de planos en el espacio, no podemos dejar de analizar un poco su obra, siempre con buenas intenciones, que ya hay demasiasoa conflictos en el mundo.

Millé es un general de diagonales. Las instruye por cientos para que formen ritmos dinámicos y perspectivos. Es quizá uno de los artistas abstracto geométricos que imprime un movimiento más impulsivo y enérgico, en ocasiones hasta el punto de la espiral, de movimiento infinito.

Uno de los aciertos de Luís Millé a la hora de conformar sus estructuras es la elección de materiales, donde hace guiños evidentes a la arquitectura, acompañando a la forma de la materia adecuada.

El artista reflexiona, a mi parecer, muy acertadamente cuando explica su obra:


“En los modelos tensos estructurales, pienso que se evidencia esto, si en uno de sus puntos se segmenta, estos dejarían de inmediato de ser, es así como la energía se direcciona y autentifica la forma. Forma y energía. De ahora en adelante, éstas nos están dejando ver lo que las sustenta”.

No obstante, recurre demasiado a las piezas seriadas, donde un mismo segmento se repite un determinado número de veces y eso puede que reste creatividad en las piezas de este escultor.

Podíes encontrar numerosos textos y obras del artista en su nutrido blog.
Luis Millé

sábado, 6 de agosto de 2011

Gregorio González


Gregorio González es un artista abstracto puro, o al menos él así se presenta en su propio blog. No hay atisvos de figuración alguna en la obra expuesta, ya sea de 2007 o de este mismo mes, y eso le honra.

Su última serie, Escala en la penunbra, se compone de obras recorridas por anchas bandas cromáticas bien definidas que oscilan por la gama de los azules. Es quizá una investigación sobre los valores cromáticos y una evocación al océano, que ruge incontenible desde el azul más oscuro hasta el agua azulina del caribe.

El propio artista dice que "es muy recomendable en un tiempo en el que se impone el pensamiento único, no obviar la amplia gama de ideas y matices que conforman nuestra existencia", seguro en relación a la gama cromática.

En contraposición a ésta, Gregorio González tiene también una serie, también muy interesante, que lleva el nombre de Cartografía del silencio. Aquí ofrece gometrías elementales en solo dos colores donde se constata radicalmente que la línea es la semilla del plano.

Aprecio la valentía de González en esta serie, mucho más cálida y viva que Escala en la penumbra, donde el artista ha mostrado cierto desdén dando por válido el ya manido recurso de las gamas de color.

Este trabajo bien definido sí se ha dado en los originales retablos de González, donde hace una lectura de las valiosas tablas en clave geométrica.

El esfuerzo de González también se constata en su empeño por no emplear las diagonales, ese endemoniado invento barroco para vender cuadros, y en el estudio de la forma vertical.

Esto mismo supone un esfuerzo, dado que resulta complejo componer en espacios demasiado estrechos. La reducción de la superficie es resuelta por González a través de una amplia gama cromática, de los rojos a los azules, y la fragmentación de las formas, lo que las dota de movimiento y jovialidad.

En Abstraccion Geométrica seguiremos de cerca los trabajos de Gregorio González, porque serán muchos y mejores.

gregoriogonzalez.blogspot.com

viernes, 5 de agosto de 2011

Fernando Martín Godoy




Fijaos en la abstracción geométrica de Fernando Martín Godoy (). Qué serena parece, con qué claridad manifiesta todas sus partes, que bien acabada. Sirven tres colores para dar autonomía al cuadro, de abstracción ruda e imponente.

Pues es una caja. El cuadro se llama La caja.

Los que sólo tienen educados el ojo para lo objetivo siempre buscan formas naturales en la obra abstracta. Dicen "Ah! parece una barca no?" y hay que explicarles que no, que no hay figuración alguna. A mi sin embargo me ha pasado al reves. Quise ver abstracción donde no había más que paisajes.

Cuando Martín Godoy deje de pintar cochecitos y paquetes de tabaco y se lance al oceáno infinito de la abstracción habrá que contar un nuevo pintor abstracto llegado del caballete, que dista mucho del pintor abstracto puro, que es aquel que comienza su andadura desde la propia abstracción, sin ser necesaria la geometría.

La abstracción de Martín Godoy tendrá grandes planos de traza diagonal y una acusada economía cromática, siempre, sea dicho, ayudada por el negro.

No obstante yo mismo me considero admirador de la futura abstracción de Martín Godoy, y ardo en deseos de que abandone de una vez el lastre de la figuración y reflexione sobre la forma pura. Seguro que será una gran abstracción.

jueves, 4 de agosto de 2011

Carlos Evangelista


La obra de Carlos Evangelista (1943) está en plena forma y nos complacería que su geometría alcanzase el lugar que se merece con los años.

Hablo en futuro porque Evangelista tiene, a juzgar por sus formas y colores, ganas y tiempo para seguir estrujando el ángulo de 90º y las superficies cromáticas.

La coherencia de Evangelista se manifiesta en el ritmo pausado de los tonos y los planos amplios. Es un ritmo que invita a la reflexión y el silencio.

Este tipo de sensaciones sólo se adquieren cuando el estilo lleva muchos años definiéndose, preguntándose así mismo. Cuando se da el conocimiento de la forma ya sólo queda su disfrute.

Una de las críticas que se le pueden hacer a Evangelista es el abondono de su propia doctrina cuando trabaja en piezas escultóricas, mucho menos puras y equilibradas que los óleos, aunque todo remite de nuevo a la paz cuando se comntemplan sus sabios y medidos colores. En perfecta simbiosis con las formas que los soportan.